2/11 La Seguridad de la Salvación

2/11 La Seguridad de la Salvación

1 Corintios 9:27.  El Apóstol Pablo dijo algo muy impresionante: “…sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.”

 ¿Bueno, pero eliminado de qué?  La respuesta está en 1 Corintios 9:24-25.  Pablo habla de una corona corruptible que se le daba como premio al corredor que llegara primero a la meta.  En los tiempos de Pablo, solamente se le daba premio al primer lugar en las Olimpiadas primitivas.  Los demás quedaban “eliminados”.  (En las Olimpiadas modernas, se le da premio al primero, segundo, y tercer lugar.)  En forma de analogía (comparación), también Pablo mencionó una corona incorruptible que se le da al creyente.  Entonces, siguiendo el ejemplo que Pablo dio en 1 Corintios 9:27, no se hablaba de perder la salvación porque no es posible que nomás haya un sólo ganador en el mundo.  Al contrario, el ejemplo de Pablo indica que él no quería quedarse sin los premios (galardones) que Dios le da a todo creyente que produce frutos espirituales (Lucas 3:8, 1 Corintios 3:10-15).  Para bendición de los creyentes, Dios es más generoso que los jueces de las Olimpiadas primitivas.  Dios le da galardones a todo cristiano que produce buenos frutos espirituales.  Retornando a 1 Corintios 3:15, “Si la obra de alguno se quema, él sufrirá perdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.”   Este versículo explica que una persona con “obras o frutos” no dignos de un buen cristiano perderá su galardón (que es lo que Pablo dijo en 1 Corintios 9:27), pero su alma se salvará.  Este es un ejemplo más de no “ tomar un texto fuera de contexto”, ignorando lo que dice arriba y/o debajo del texto que se necesite explicar.

Juan 15:5-6  Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6  El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

Estos versículos no valen la pena ser nombrados como una prueba de que se puede perder la salvación. Aquí no se está hablando de una misma clase de cristianos que permanecen y no permanecen, sino más bien entre los que permanecen (CREYENTES) y los que no permanecen (NO CREYENTES). El que no da fruto del Espíritu Santo es porque sencillamente no lo tiene y por consiguiente no ha nacido de nuevo. 1 Juan 4:13, dice “…permanecemos en él, y él en nosotros”.  En 1 Juan 4:15 aclara como se “permanece”: “Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios”.  Entonces, no se puede dejar de permanecer una vez que se ha confesado verdaderamente a Cristo como Salvador Personal.  Ahora, en 1 Juan 4:16, añade que “el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”.  ¿Bueno, qué pasaría si alguien dejara de “permanecer en amor”?  ¿Podría perder su salvación?  La respuesta está en 1 Juan 4:17, que dice que Dios ya hizo algo especial por nosotros para que siempre estemos en ese amor, y por tal motivo, es imposible perder la salvación: “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio”.  “Se ha perfeccionado” es algo que ya pasó, algo que Dios ya le dio a cada creyente para “permanecer siempre en el amor de Dios”.  Un creyente no podría “tener confianza en el día del juicio” si supiera que iba ser arrojado al infierno.

 Filipenses 2:12 «Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, OCUPAOS en vuestra salvación con temor y temblor»

 Esta cita debemos leerla con mucho cuidado porque si la leemos superficialmente y con una sola versión, en este caso reina Valera 1960, parece indicar que la salvación se perdiera. Filipenses 2:12 dice: OCUPAOS en vuestra salvación. La palabra ocupaos no quiere decir en ningún momento que tengas que preocuparte por tu salvación o que debes ganarla cuidándola para no perderla, sino que la palabra es clave al decir que debes OCUPARTE de ella, trabajarla, dedicarla con esmero, ocúpense de su salvación, es decir la que YA TIENEN y por la cual ahora tiene la autoridad y la fuerza de despojarse del viejo hombre. En palabras más claras: trabaja en tu salvación guardándote para él, no ganándote tu salvación sino ocupándote trabajando para su obra, en oración ayuno, desvelos, todo para el Señor a quien le temes, no te ocupes pecando y haciendo las cosas que a Dios le desagradan (en este caso traerá consecuencias porque Dios al que Tiene por hijo castiga hasta que se corrija y vuelva), más bien ocúpate haciendo el bien, Rom 8:6 dice: Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

OCUPAOS significa CRECE sé maduro para que alcances los mayores galardones en el Reino de los Cielos como la NOVIA DE CRISTO y podamos irnos con él en el ARREBATAMIENTO, ya que todos los que hemos nacido de nuevo somos hijos, pero no todos los hijos serán la esposa sino solo aquellos que se van en el arrebatamiento ¿Quiénes se iran? Aquellos que hayan madurado, este era el continuo deseo de Pablo, que todos los salvos llegaran a la madurez. Jesús no viene a casarse con niños espirituales sino con adultos espirituales. ¿Qué pasará con los HIJOS inmaduros que se quedaron? Dios les dará las fuerzas para perseverar hasta el fin en la gran tribulación. Para complementar la palabra OCUPAOS debemos ver lo que dicen otras versiones para capturar la idea exacta conforme al contexto griego: la Biblia en Lenguaje Sencillo dice: «Por eso, con respeto y devoción a Dios… DEDÍQUENSE a ENTENDER lo que significa SER SALVADO por Dios». Y la Versión Palabra de Dios para Todos dice: «OCÚPENSE seriamente de SU salvación con profundo respeto»….ocuparnos de nuestra salvación es dedicarnos con esmero a entender lo que es haber sido salvo por el Señor, YA EL NOS SALVO, pero debemos tenerle respeto y temor para hacer las cosas que a Dios le agradan por amor a Él, por lo que el ya hizo por nosotros, dediquémonos y ocupémonos con respeto y con perseverancia lo que él ya nos regaló, no siendo desobedientes sino obedeciéndole. Efesios 2:8-9 dice:
«Porque por gracia SOIS SALVOS por medio de la fe; y esto (de ser salvos) no es de vosotros, pues es un don de Dios; y NO ES POR OBRAS… para que nadie se gloríe». Si es por obras no podrá ser por gracia y si es por gracia JAMAS podrá ser por OBRAS. El que es nacido de nuevo dará fruto de buenas obras, y si este cae Dios lo LEVANTARA si es necesario con vara o látigo o hasta llevándoselo antes de tiempo si persiste en ocuparse erradamente en lo que Dios le dio.
Cuando alguien te regala algo jamás debe quitártelo porque te lo ha regalado, más bien tú en profundo agradecimiento lo cuidas y vives agradecido con la persona que te le dió, y la persona se sentirá feliz de habértelo dado porque mirará con gran aprecio cuanto has cuidado su regalo. Así de esa misma manera  espera nuestro Padre con la Salvación que nos ha regalado, El espera que le saquemos el mejor provecho para que lleguemos a hacer la esposa de Cristo. Si bien es cierto un regalo material se deshace o se corroe con el tiempo porque está hecho de materia que perece. Dios promete que la salvación es un regalo eterno dado por El a todos los seres humanos que la acepten.

 Romanos 8:1  Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

 Aquí se habla de dos tipos de personas:

 1.   Los que andan conforme a la carne

 2.   Los que andan conforme al Espíritu

 Los que andan conforme a la carne son todos aquellos que no han experimentado el nuevo nacimiento, sino que siguen en su antigua naturaleza que heredaron de Adán, el apóstol Pablo en Filipenses 2:12 exhorta a los creyentes a ocuparse de la salvación que ya tienen en hacer morir las obras de la carne en contraste con Romanos 8:6-13, ya que si un cristiano no muestra frutos nunca fue salvo o simplemente se quedó siendo un niño espiritual. No confundamos los cristianos recién nacidos de nuevo, en ellos empieza el proceso del Espíritu Santo en hacer morir las obras de la carne. Un cristiano que debería con los años ser un Cristiano Maduro y no lo es, Este es un Enano espiritual.

volvamos y Miremos el verso 5  de Romanos 8: Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

 ¿Quiénes son los que piensan conforme a la Carne?, pues los que no han nacido de nuevo y su naturaleza no les ha sido cambiada, versos 7 y 8 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8  y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

 Los que andan conforme a la carne no pueden obedecer a Dios porque sencillamente no pueden.

Rom 8:9  Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

 Rom 8:13  porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Estos versos muestran la importancia que tiene el hacer morir las obras de la carne a aquel que ha nacido de nuevo. UN NACIDO DE NUEVO tiene la fuerza del Espíritu Santo para vencer el pecado. Alguien que no ha nacido de nuevo vivirá siempre en solicitud de la carne y de sus propias concupiscencias. Ahora bien ¿Cuál es la señal de que alguien ha nacido de nuevo? el hijo de Dios empieza a dar FRUTOS del ESPIRITU SANTO. El hijo de Dios como tiene ya la nueva naturaleza de Dios para obedecerle empezara a despojarse de las obras carnales que antes practicaba sin Dios. ¿Significa que un nacido de nuevo cuya señal son los FRUTOS divinos de Dios en él, no puede pecar? Esto muchas denominaciones han confundido el termino nacer de nuevo con cero pecado, y esto es un error. Un nacido de nuevo tendrá la capacidad de vencer el pecado que antes lo dominaba. Pero un nacido de nuevo también como todo ser humano en este cuerpo carnal puede fallarle a Dios y apartarse. Lo contrario de lo que le pasa al no creyente, es que este hijo de Dios que ha caído, Dios le perdona y lo trata como hijo, es decir; si este hijo se apartare de Dios, el Señor lo traerá de vuelta (PARABOLA DE LA OVEJA PERDIDA), ¿De qué forma? Dios decide de qué forma traer a la oveja de vuelta. La mayor parte de las veces cuando una oveja del Señor se va, Dios la toma en sus brazos con disciplina, corrección, castigo, porque Dios al que tiene por hijo castiga y corrige y muchas veces tiene que aplicar la orden extrema de cortarlo a fin de que su cuerpo sea entregado a satanás y su alma se salve (1 corintios 5:5), es decir, Dios se lo lleva a la casa celestial antes de tiempo.

Una persona que ha nacido de nuevo muestra los frutos del Espíritu (ya que nadie que no ha nacido de nuevo jamás podría mostrarlos), pero si está a la vez está mostrando obras de la carne, este es un nacido de nuevo inmaduro, niño espiritual, enano, no ha crecido a la madurez de hacer morir las obras de la carne en el, es decir, pudiendo hacerlo, no lo hace. Pues entonces que este hijo de Dios espere la corrección divina de sus actos porque Dios no puede ser burlado bajo ninguna circunstancia, todo la disciplina cualquiera que sea que Dios permita será para corregirlo y será por su bien, porque lo AMA. Ejemplo de ello fue el Rey David que fue el ungido de Dios y aun así no escapo del CASTIGO SEVERO  cuando pecó conscientemente, asesinando y acostándose con la mujer de la víctima (2 Samuel 11). 1 Juan 2:1 dice  Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2  Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

La gracia no nos da libertad para pecar sino más bien libertad del pecado para obedecer a Dios, pero que SI ALGUNO (Es raro que un nacido de nuevo peque a conciencia y deliberadamente) de los nuestros lo llega a cometer Dios es misericordioso para perdonarlo. Si bien es cierto nosotros no podemos ser permisivos con el creyente que peca más bien encaminarlo a que camine por la verdad de la santidad. Un pecado voluntario siempre tendrá consecuencias

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