3/8 Lupa al Pentecostalismo Unicitario

3/8 Lupa al Pentecostalismo Unicitario

Finalmente, Bernard dice que «el pasaje describe claramente al ángel como un mensajero de Dios y no como Dios mismo, porque el ángel comenzó a usar la frase «dice Jehová» (versículos 6-10) . Este argumento es inválido ya que en la Trinidad es perfectamente lógico que el mensajero de Jehová pueda decir «Así dice Jehová» en referencia a la primer persona de la Trinidad (el Padre). No existe contradicción ninguna.

Cerramos este punto señalando otra prueba por la Deidad del Angel de Jehová y su identificación como Jesucristo en la visión de Zacarías, y ésta se encuentra en el verso 4:

Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.

Observe el amigo lector que el Angel de Jehová ha quitado el pecado del sacerdote Josué, quien representa simbólicamente al pueblo de Israel. No se necesita elaborar mucho para el buen entendedor. ¿Quién otro más que Dios en la persona de Jesucristo puede quitar el pecado (Jn. 1:29; 1 Jn. 3:5)?

La palabra «echad» (uno)

A estas alturas conviene recordar que los trinitarios creemos que existe sólo un Dios, pero que en la esencia o naturaleza de ese único Dios existen 3 personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estos tres comparten la misma esencia, los mismos atributos y constituyen, hablando en términos lógicos, el único Dios.

Si los autores de la Biblia creían que Dios era multipersonal es obvio que habrían escrito de una forma que transmitiera ese concepto a sus lectores. Por otra parte, si los autores de la Biblia fueron unicitarios (por llamarlos de algún modo) debieron haber escrito en cierta forma que indicara la idea.

Lo indicado es examinar el Antiguo Testamento para ver si el lenguaje utilizado por sus autores, y el Espíritu Santo ultimadamente, favorece una de las dos posiciones. ¿Existe en el hebreo alguna palabra que describa perfectamente el concepto de Dios como un ser unipersonal, o sea un «uno» absoluto sin posibilidades de definir una unidad compuesta? Sí existe, es la palabra yachid. Esta palabra describe un ser absolutamente solitario. Se usa en el Salmo 68:6 y es traducida como «solitario» en algunas versiones bíblicas. La palabra «echad» o «ejad», a diferencia de «yachid», expresa el concepto de una unidad compuesta y existen en el AT muchos ejemplos que no vamos a citar ya que los unicitarios reconocen la existencia y la definición de la palabra.

Los unicitarios esperarían encontrar la palabra «yachid» para describir a Dios, especialmente en la declaración monoteísta por excelencia, Deuteronomio 6:4:

Oye, Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

Sin embargo, la palabra que se usa en Deuteronomio 6:4 no es la que desearían ver los unicitarios, es «ejad» o «echad».

Shemá Yisrael, YHWH Eloyhenu, YHWH Ejad.

Es obvio que «echad» es la palabra que un trinitario esperaría encontrar al leer el pasaje, ya que ésta define a una unidad compuesta o unificada. Si los autores de la Biblia creían en un Dios uniplural, la única palabra que podían usar para transmitir el concepto era precisamente «echad». No existe en el hebreo otra palabra para proyectar la noción.

Pero ¿Cómo puede ser esto si los judíos hoy rechazan la doctrina de la Trinidad? La explicación es sencilla y viene en las palabras del destacado experto en hebreo, David Cooper:

Antes de los días de Moisés Maimonedes, la unidad de Dios era expresada por «echad», palabra que como ha sido probado más allá de cualquier duda tiene el significado primario de una unidad compuesta. Maimonedes, quien estructuró los trece artículos de fe, en el segundo habla de la unidad de Dios usando «yachid», término que nunca fue usado en el AT para expresar la unidad de Dios. Partiendo de este hecho es evidente que una nueva idea fue inyectada dentro de la confesión cuando se sustituyó «echad» por «yachid», palabra que en todos los pasajes acarrea la idea de unicidad en el sentido absoluto. A partir de entonces, desde los días Maimonedes se impuso una interpretación diferente sobre este importantísimo pasaje. [13]

Como vemos, ante la evidencia lingüística todos los reclamos unicitarios se derrumban como castillos de arena. Con sus todas sus interpretaciones maniobreras, los unicitarios no hacen más que poner en duda la inspiración verbal y plenaria de la Biblia. Si los lenguajes y las palabras tienen sentido y transmiten pensamientos y nociones, estos deben ser respetados. De lo contrario hemos perdido la capacidad de comunicarnos. Corresponde preguntarse por qué los autores de la Biblia, bajo la inspiración del Espíritu Santo, escogieron la palabra «echad» para describir la unicidad de Dios. ¿Fue una distracción del Espíritu de Dios? De la misma forma sucede con la palabra «Elohim» y muchas otras instancias sobre las cuales hemos comentado en la primera parte del ensayo.

Conclusión

El material desarrollado es suficiente para comprobar que la doctrina unicitaria de Dios es de carácter pronunciadamente herético. Por contrapartida, el material expuesto en este trabajo es irrefutable en cuanto a la pluralidad de personas en la unidad de la Deidad.

Las teofanías fueron en su mayoría apariciones físicas en forma humana. Las conversaciones entre Dios y el hombre registradas en la Biblia son muy naturales en estilo y contenido por la razón de que Dios apareció en forma humana, y habló con la gente de la forma que los humanos hablamos entre nosotros. Es por ello que no hay nada extraño, peculiar o misterioso en las conversaciones de Dios con Adán, Noé, Abraham, etc. Estos hablaron con alguien a quien podían ver, tocar y oir. En ocasiones se nos dice directamente que alguien estaba hablando con un Dios-Hombre que era visto y oído (Gn. 18:17-33). Otras veces no se nos dice, pero el ritmo fluido y natural de las conversaciones revela que los humanos no estaban hablando con una entidad invisible (Gn.18:22). La pesadumbrosa y sombría conversación registrada en Génesis 3:9-19 entre Dios y el hombre apenado por el pecado, presupone que estaban hablando entre ellos porque ambos se veían y escuchaban en el sentido más natural. Lo mismo sucede en la escena de Dios hablando con Caín y la forma en que Dios instruyó a Noé para que construyera el arca. Los unicitarios tratan de evitar este tópico a toda costa porque es gravemente detrimental para su teología.

El tema del Angel de Jehová es similar. El Mensajero de Jehová no fue ni más ni menos que Jehová en forma humana y aparece en varios pasajes junto a otro personaje llamado Jehová. Esto es desvastador para la posición «sólojesuista». Cuando la ecuación incluye a Juan 1:18, los unicitarios no pueden decir que el ángel de Jehová es una manifestación del Padre porque al Padre nadie lo vio jamás. El impacto de esta verdad tratan de atemperarlo con la idea de que estas apariciones fueron manifestaciones «nada más». La idea se derrumba porque una manifestación siempre debe ser, por definición, una extensión de la misma naturaleza del manifestado.

Otra forma en que diluyen la fuerza de las apariciones consiste en meter en la misma bolsa las teofanías corpóreas o personales con otras manifestaciones de la presencia de Dios como una columna de humo, una nube, un torbellino, fuego, una roca, terremotos y sonidos de trompeta. Han reducido a Dios a la más horrenda trivialidad.

¿ES DIOS UN ALGO O UN ALGUIEN?

Los extremos a los que pueden llegar los unicitarios cuando atacan la doctrina de la Trinidad son asombrosos. En un debate en particular, recibimos un ataque a la Trinidad por parte de un unicitario («sólo Jesús») que escribió:

«Pues el hecho de que en el trinitarismo, Dios es el conjunto de 3 personas divinas, y ¿qué es lo que une a estas 3 personas divinas? Pues el hecho de que dichas personas comparten ciertos atributos y una común naturaleza. O sea, en el esquema trinitario «Dios» no es un ALGUIEN, es un ALGO, o sea, decir «un Dios» es equivalente a decir «un grupo» de 3 personas, de la misma manera que 3 seres humanos pueden formar UN trío o grupo, ¿dejan de ser 3 seres humanos 3 seres para convertirse en uno? Absolutamente no, simplemente se les ha agrupado en un grupo. Los trinitarios hacen lo mismo y a este grupo de 3 personas divinas le llaman «Dios».»

Esta fue nuestra respuesta a este escrito:

Es evidente que este unicitario cae en la clásica falacia del «strawman» (falacia del monigote de paja). Esta consiste en distorsionar, debilitar, o mal representar la posición contraria, a los efectos de poder refutarla más fácilmente. El resultado es que termina refutando lo que él construyó, pero nunca lo que la posición contraria afirma.

En primer lugar debemos apuntar que esta persona sigue presentando falsas analogías de la Trinidad. El sigue usando la ilustración de un grupo de 3 personas’ que forman un trío, para luego explicar que las tres personas o seres humanos, no pueden dejar de ser 3 seres humanos para convertirse en uno.

Lo que él dice es que tres dioses no pueden convertirse en uno – ese es el axioma desde el cual trabaja – que la Trinidad es tres dioses. Pero esto no es lo que la doctrina de sla Trinidad es por definición. En forma simple, la Trinidad enseña un Dios en tres personas, NO un dios en tres dioses, NO una persona en tres personas, NO un ser en tres seres. Estas 3 últimas consideraciones son contradicciones. Pero un Dios en tres personas, no lo es.

Los trinitarios también resumimos la doctrina con la expresión: La Trinidad enseña que existen tres personas en un Ser (el Ser de Dios).

En este nivel, debemos aclarar una de las confusiones de nuestro oponente. El ya ha expresado antes que «ser» y «persona» son sinónimos. Si bien ya hemos despejado esa confusión en un escrito reciente, es necesario volver a puntualizar ciertos conceptos.

¿Cuál es la diferencia? En nuestra vida reconocemos a diario la diferencia entre «ser» y «persona.» El paralelismo entre ALGO y ALGUIEN es semejante, aunque nuestro oponente lo ve como un contraste. Para él, ser algo y alguien son opuestos. Por supuesto que se equivoca en lo que tiene que ver con las clasificaciones de Dios, ángeles y humanos.

Por ejemplo, ¿qué soy? La respuesta puede ser, «Soy humano», o «de la raza humana» Eso es el ALGO. ¿Estoy negando que soy un ALGUIEN? ¡Por supuesto que no!

De la misma forma Dios es ALGO (en referencia a su naturaleza) y ALGUIEN (en referencia a los atributos personales contenidos en el ALGO).

ALGO Y ALGUIEN no son términos mutuamente excluyentes o antónimos en los rangos de Dios, de los ángeles y de los humanos.

¿Es esto que estamos diciendo algo nuevo? No, ya se lo explicamos a esta persona usando otra terminología que esencialmente explica lo mismo. Estas fueron mis palabras:

«Así como la palabra ‘hombre’ significa un hombre, también puede significar toda la humanidad en ciertos contextos. De esa forma, una persona puede ser una esencia, o sea, un UNIVERSAL, y al mismo tiempo un PARTICULAR absoluto. Ya hemos visto en ‘posts’ anteriores que existe una unión perfecta entre los atributos personales de las tres personas divinas, de modo que estos actúan al unísono o en acuerdo común, como UNO. Es por ello que los trinitarios podemos decir, de acuerdo con la Biblia, que Dios es uno y es tres simultáneamente.»

«La Biblia está repleta de pasajes donde lo anterior es establecido. La unión entre el Padre, El Hijo y el Espíritu Santo es indestructible, no sólo porque los tres son la Deidad, sino también por la completa unanimidad que hay entre sus voluntades, sus deseos, misericordia, justicia, y el amor por los humanos, ejemplificado en el gran sacrificio de Cristo Jesús en la cruz.»

«El Padre está en mí y yo en El; pedid al Padre y yo lo haré; el Espíritu escudriña la mente de Dios; El que me ha visto a mí ha visto al Padre; los tres viven en el creyente etc. Es bien claro, existe una comunión única en las tres personas divinas que resalta en todo el Nuevo Testamento.»

Ante nuestra respuesta, el mismo unicitario responde:

«Usted categoriza a un grupo de 3 personas divinas que comparten ALGUNOS atributos y una esencia divina y a ese GRUPO, usted le llama «un Dios» de la misma manera que los 6000 millones de seres humanos del planeta tierra son UNA raza humana. Pero todo es un juego de categorizacion, lo que existe EN LA REALIDAD son los 6000 millones de seres humanos, asi mismo lo que existe EN LA REALIDAD de su dogma trinitario son 3 personas divinas, que las ha agrupado bajo la categoría de «un» grupo al cual llama «Dios» o un «ser’ … o sea un ALGO, compuesto por 3 alguienes. Por eso es que su trinidad tiende al triteísmo, o mejor dicho es una panteán politeista!!»

Nuestra respuesta fue la siguiente:

«Otra vez cae usted en una falsa analogía. Si bien yo usé los términos ‘humano’ y ‘raza humana’ para explicar ciertos conceptos, el uso que usted hace de los mismos conceptos es erróneo, ya que la raza humana o los seis mil millones de personas jamás podrían hablar en primera persona como lo hace el Dios bíblico.»

«Segundo, otra vez mal representa lo que yo creo. Yo no creo en un grupo de tres personas. Yo creo en un Dios único, indivisible e incuantificable. Dentro de la naturaleza de ese único Dios existen 3 personas distintas pero no separadas. Esto es lo que enseña la Biblia y los credos de la Iglesia.»

Como vemos, no se necesita elaborar mucho para tirar abajo esta pretensión modalista.

DEFENSA DE LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD FRENTE A LOS UNICITARIOS 1

En el Sur de California tuvimos hace unos años un resurgimiento de los unicitarios, o «sólo Jesús» y «apostólicos» como les llamamos comúnmente. Un compañero de la facultad llegó a clase un día muy impresionado y un poco confundido porque había caído en sus manos un librito distribuído por un pastor llamado Rafael Rodríguez quien era el principal promotor de ese «renacimiento» unicitario en esos días. El librito fue escrito por Gordon Magee y el título era: «¿Esta Cristo en la deidad, o está la deidad en Cristo?»

Esto me provocó en aquellos día a escribir al respecto varias razones en forma de folleto para que fueran utilizadas por los miembros de nuestra congregación al ser hostigados por unicitarios que trataban de confundirlos.

Estos razonamientos tienen más de 15 años de haber sido escritos.Edwin A. Recinos

EL MISTERIO DE LA PIEDAD

Los unicitarios, o unitarianos como les llamo yo (ver Nota al pie), enseñan que el Padre se encarnó en el Hijo. De esa manera errada interpretan la Palabra de Dios cuando dice que Dios se manifestó en carne.

Cuando la Biblia nos habla del misterio de la piedad se refiere a la encarnación del Verbo eterno.

Hay quienes se burlan de la enseñanza Bíblica que nos muestra al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como tres personas individuales, y quienes son el mismo Dios. Quienes esto hacen, o no han podido, o simplemente han escogido no entender la enseñanza bíblica.

En 1a. Timoteo 3:16 se hace alusión al misterio de la piedad: «Y sin contradicción grande es el misterio de la piedad, Dios ha sido manifestado en carne…»

¿Quien es el que se ha manifestado en carne sino el Verbo Divino preexistente y coexistente en Dios desde la eternidad? Juan 1:1 dice:«En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.»

El Verbo es Jesucristo, y su eterna existencia queda demostrada en este solo verso. Recordemos que la Biblia no fue inspirada para confundir, sino para establecer claramente las verdades que Dios desea que todo hombre conozca.

La Biblia es muy clara. Si Dios dice en su palabra que en el principio el Verbo era con Dios, entonces esa es la verdad. Es el Verbo Divino, El Unigénito, el que desde el principio era con Dios el que descendió y se encarnó. Juan 1:14 dice: «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (vimos su gloria, gloria como la del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.» Estos pasajes dejan bien claro lo siguiente: Primero, que Dios se encarnó. Segundo, quien se encarnó fue la persona del Hijo, el Verbo divino . Y tercero, se hace ver claramente que existe El Padre y el Hijo.

No dice que el Padre se encarnó, ni tampoco dice que el Verbo sea el Padre mismo, sino que fue el unigénito Hijo del Padre quien se encarnó.

Así, pues, queda establecido que el misterio de la piedad alude la encarnación del Hijo de Dios, el Unigénito del Padre, (El Verbo divino y eterno).

LA DOBLE NATURALEZA

El error unitariano, se refiere al Padre simplemente como una de las «naturalezas» de Jesús, despojándole de personalidad propia. Esto tratan de establecerlo en su explicación de «la doble naturaleza» de Jesucristo.

Ciertamente enseñar que el Padre sea solamente una «naturaleza» y no una persona es negar decididamente lo que el texto sagrado nos dice.

Todo cristiano debe conocer que Jesús poseía dos naturalezas, es decir, una naturaleza humana y una naturaleza divina. Una de esas naturalezas se refiere a su deidad y existencia eterna, y la otra a su humanidad, a partir de su encarnación.

Jesús es el Verbo divino encarnado, el unigénito Hijo del Padre, el cual desde el principio estaba con Dios y era Dios. Durante su ministerio terreno Jesús se despojó a si mismo de su gloria divina y tomó forma de siervo por lo cual lo veremos obrando como siervo en obediencia a la persona del Padre durante su ministerio.

La naturaleza humana de Jesús es aquella que comienza en Belén de Judea en donde el nació y creció como verdadero hombre y así ejerció su ministerio en la tierra. Por esa razón reconocemos que tan real es la naturaleza divina como la naturaleza humana del Señor Jesucristo. Todo esto lo establece claramente Filipenses 2:6-8: «..el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como forma a que aferrarse, sino que se despojó a si mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en condición de hombre se humilló a si mismo…»

La misma terminología o lenguaje que usa la Biblia debería aclarar toda duda y confusión. ¿Por qué cree Ud. que este verso dice que no estimó ser igual a Dios? ¿Puede Ud. darse cuenta que si se hablase del Padre no habría necesidad de decir que no estimó ser igual? ¿Quien es este que no estimó ser igual a Dios sino el eterno Hijo de Dios? Luego dice que se despojó a si mismo (de su gloria externa) tomando forma de siervo…semejante a los hombres, y estando en condición de hombre se humilló a si mismo.

El Hijo eterno se despojó de su gloria externa y se encarnó, y estando en esa condición, como hombre, vivió, sintió, ministró, obedeció, sufrió y murió como tal. No es que no haya podido asumir su gloria divina en cualquier momento, sino que escogió por amor a los que habría de salvar, vivir y morir en el calvario como el perfecto sustituto de la humanidad. en 1a. Timoteo 2:5 dice: «Porque hay un solo mediador entre Dios y los hombres; Jesucristo hombre.»

Dios es uno. Esta es la verdad que confirma la Biblia. Pero tan cierto es que hay un solo Dios como que existe El Padre, El Hijo, y El Espíritu Santo, y los tres son parte de ese único Dios.

El Hijo es quien se encarnó, y de quien dice la Biblia que es el único mediador entre Dios y los hombres.

Concluimos, pues, en que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Y en esto no debería haber confusión.

EL UNITARIANISMO NIEGA LA PERSONALIDAD

Una persona es un ser que posee y expresa individualidad, inteligencia, voluntad y emociones propias, que actúa individualmente y también interacciona con los demás.

Escrituralmente, encontramos que el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son personas, ya que poseen y expresan individualidad, inteligencia, voluntad y emociones propias. Mas aun; interaccionan el uno con el otro.

El unitarianismo pretende negar que el Padre y el Hijo sean personas, aunque tienen conciencia separada de si mismos de tal manera que hablan el uno con el otro, obedece el uno al otro, ruega el uno al otro, y ora el uno al otro. Pretenden que el Padre no sea sino solamente la naturaleza divina de Jesús, y por ende el Hijo sea solamente la naturaleza humana, dejando al Espíritu Santo en un cierto limbo, y negando lo que las Escrituras aciertan en el lenguaje mismo que revelan a la persona del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

¿Se ha puesto Ud. a pensar en que si uno tiene conciencia separada del otro, entonces se tienen dos personas? ¿No puede Ud. ver que los evangelios nos muestran a Jesús como el Verbo encarnado, enviado del Padre y que no son «naturalezas» sino personas tanto el Padre como el Hijo?

Jesucristo nació, vivió y murió como hombre porque el es la encarnación del Verbo eterno, el Hijo unigénito del Padre. Por tanto es Dios y hombre. Su naturaleza divina y su naturaleza humana esta ampliamente establecida en la Biblia. Pero nunca se establece en la Biblia que El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo sean tres «naturalezas» adentro de Jesús.

Tanto El Padre, El Hijo, y El Espíritu Santo son escrituralmente personas, claramente manifestando su individualidad.

Nuestro Dios es uno, y no hay otro fuera de el, las Escrituras destacan enfáticamente la unidad divina del Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero nunca despojan al Padre, al Hijo o al Espíritu Santo de la individual personalidad que claramente denota el lenguaje que se usa en los cuatro evangelios.

Esa es la verdad.

YO Y EL PADRE UNO SOMOS

En Juan 10:30 leemos: «Yo y el Padre uno somos.» Estableciendo el texto que tanto el Hijo como el Padre son un mismo Dios, aunque mantienen su individual personalidad.

Sin embargo, cuando el unitarianismo interpreta Juan 10:30 «…Yo y el Padre uno somos…», tuerce el claro significado de las palabras no solo en este texto sino en todo el contexto en que se dieron. Usan estas palabras para asistir a la teoría de que Jesús es la misma persona que el Padre. Pero convenientemente han oscurecido el contexto en que se dieron estas palabras de Jesús. En los versos 29 y 30 del mismo capitulo leemos: «Mi Padre me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.»

Al hablar de sus ovejas, Jesús alude al Padre como aquel que se las dio. ¿Puede Ud. distinguir a una persona de la otra? Luego sigue diciendo el Señor Jesús que de la mano de su Padre nadie las puede arrebatar, y es entonces cuando expresa la unidad que hay entre el y el Padre, sin confundir la una persona con la otra, ya que claramente las reconoce individualmente.

Jesucristo reafirma que hay un solo Dios aludiendo la unidad que hay entre el y El Padre. El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo son el Dios único. Que hermosa verdad!

Si la manera unitariana de interpretar textos fuera aplicada a otros pasajes, entonces tendrían muchos problemas al interpretar el texto siguiente: «…para que todos sean uno; como tú, oh Padre en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tu me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado para que sean uno, así como nosotros somos uno.» Juan 17:21-22

La palabra uno en este texto se refiere obviamente a una unidad compuesta, y es la misma que se usa en Juan 10:30 en donde Jesús afirma la unidad del Padre y el Hijo, pero sin desmentir a la persona de cada uno dentro de esa unidad.

El Padre, El Hijo, y El Espíritu Santo son tres personas y un mismo Dios.

La unidad de los creyentes es de voluntad y armonía con Dios, pero no puede decirse que los creyentes todos son una misma persona, ya que cada creyente es una persona individual, aunque todos son parte de una entidad única que es la iglesia.

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son la unidad perfecta de un solo Dios.

DIOS MIO, DIOS MIO….

En Mateo 27:46 leemos : «…Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?..»

Cuando el unitarianismo trata de explicar este pasaje, se debate por encontrar la forma de explicar como una «naturaleza» le habla a la otra dentro de un mismo cuerpo. «¿Por qué me has abandonado?»

Sin necesidad de confundirse sabemos que claramente se nos muestra una comunicación entre dos personas conscientes de si mismas. ¿Puede Ud. ver a una persona hablándole a la otra?

El unigénito Hijo de Dios sufre en la cruz del calvario por el peso de los pecados del mundo, y clama al Padre porque el pecado le separa de la comunión que siempre tuvo con él. Jesucristo nunca conoció la separación de la comunión con el Padre hasta ese momento y por eso clamó con tan tristes y profundas palabras.

El Hijo le habla al Padre. (No es una «naturaleza» hablando con la otra dentro de un mismo cuerpo) Decir eso solo muestra la testarudez de quienes han escogido no reconocer la persona del Hijo y la persona del Padre. Simple y sencillamente.

LA EDAD DE JESÚS…

En Juan 8:57 dice: «Dijéronle los Judíos: ¿Aun no tienes cincuenta años? ¿Y has visto a Abraham?»

Nuevamente, el unitarianismo al interpretar este texto hace de ello una dificultad profunda, tratando de explicar por qué Jesús es antes que Abraham.

(Cualquiera que lea el texto se da cuenta de que Jesucristo estaba aludiendo su preexistencia.)

Conociendo los Judíos que Jesucristo no era ni siquiera mayor de cincuenta años, se admiraban de sus palabras al afirmar que el es antes que Abraham. Y aquí desde luego vemos a Jesucristo el Hijo de Dios, refiriéndose a su existencia eterna.

Jesucristo, el Hijo Unigénito del Padre existe desde el principio. No tiene principio de días ni fin de ellos. Hebreos 7:3 «sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios…»

Desde el principio el Hijo, a quien se le denomina como el Verbo, era con Dios. Juan 1:1-2, 14: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho…. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como la del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.»

Debe ser aclarado es que este pasaje no nos está hablando de la preexistencia del Padre, como lo pretende el unitarianismo, sino a la preexistencia del Hijo de Dios.

El contexto nos muestra claramente que Jesús se refería a su preexistencia eterna, es decir la preexistencia eterna del Verbo divino, quien es la persona del Hijo Unigénito del Padre.

LA UNIDAD DEL PADRE Y EL HIJO

En Juan 14:10-11 dice: «¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mi? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mi, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mi; de otra manera creedme por las mismas obras.»

Este es el pasaje mal entendido por la teoría unitariana que pretende encontrar en el, las bases para asegurar que el Padre y el Hijo son dos naturalezas dentro de la persona de Jesús.

El Padre y el Hijo son un mismo Dios, pero la persona del uno y el otro son obviamente aparte.

En este pasaje Jesús proclama la unidad divina que existe entre el y el Padre, una unidad perfecta sin borrar la identidad del Padre; quien expresa su voluntad y el Hijo en obediencia la manifiesta y ejecuta. (Recordemos que el Hijo se encuentra ministrando en forma de Siervo, sujeto al Padre).

El unitarianismo enseña por medio de este pasaje que Jesús y el Padre son una misma persona, que no hay dos personas sino una sola. ¿Puede Ud. ver en el mismo contexto que la unidad del Padre y el Hijo de ninguna manera invalida el que uno siga siendo El Padre y otro El Hijo ? ¡Son dos personas!

El unitariano dice que el Padre está en el Hijo, literalmente haciendo al Padre la naturaleza interna y al Hijo la naturaleza externa.

Siguiendo su método de interpretar…¿Como entienden los unitarianos lo que Jesús proclamó al decir: «…creedme que yo soy en el Padre…»? (Juan 14:11) ¿Es entonces Jesús la naturaleza interna del Padre carente de personalidad propia? ¡Claro que no!

Queda comprobado que cuando el hombre decide obstinadamente desdeñar la sana verdad, cae por si mismo en el pecado de la insensatez.

El pasaje en cuestión mis amados hermanos nos refiere la maravillosa unidad de Dios. La maravillosa armonía entre las personas, Padre , Hijo y Espíritu Santo.

LA ORACION DE JESÚS EN JUAN 17

Para los unitarianos, la oración de Jesús en el evangelio de Juan capítulo 17 se explica diciendo que «como Jesús era carne» tenía que orar a pesar de que en el (dentro de el) según ellos estaba literalmente el Padre (no como otra persona sino como naturaleza interna).

Por otro lado según ellos, la otra razón de esta oración era que Jesús tenía que orar para dar ejemplo a sus discípulos de la importancia que tiene la oración. Con eso explican el porque Jesús levantó sus ojos a los cielos y oró al Padre en Juan capítulo 17. ¡Que terrible desatino!

Cualquiera que lea los evangelios sin previa manipulación de los sentidos entenderá que Jesucristo es el Hijo de Dios y que El Padre que le envió desde los cielos estuvo de continuo con el, y que la relación del Padre con el Hijo es la de una persona a otra, con clara individualidad la una y la otra y con absoluta unidad divina entre ambas.

Pero los unitarianos en su fatal terquedad no quieren entender lo que tan claramente refiriera el Espíritu Santo en los evangelios, y por ello tienen que insistir en que el Padre y el Hijo no son personas sino «naturalezas».

Lo tremendo es que no puedan ver que si se tiene una «naturaleza» que piensa, habla, actúa y tiene conciencia de si misma independientemente de otra, ya no se tiene una «naturaleza» sino una persona.

La razón por la cual Jesús oró está claramente visible en el contexto mismo. La teoría unitariana quiere ignorar la importancia de este pasaje dándole rodeos a la gran verdad que en el está contenida. Jesús oró porque el siempre lo hacía, ya que la oración fue su comunicación por excelencia con el Padre, el Hijo siempre mantuvo esa comunión con él, solo que en esta ocasión dejó que ellos oyeran lo que el decía. Aparte el les instruyó como orar. Pero en este pasaje las razones de sus ruegos al Padre están contenidas en su oración.

En Juan capítulo 17:1-8 dice: «Estas cosas habló Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame tú para contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.»

Hagamos un trabajo de observación del texto y veamos lo que los unitarianos no quieren ver:

Juan 17:1 : . «…levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, ….»Al levantar los ojos Jesús enfatizó no solo la realidad y la persona del Padre sino la lógica verdad de que no era el la misma persona ya que apartó la vista de si mismo y la dirigió al cielo.

Juan 17:1-2 «….glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que de vida eterna a todos los que le diste …»El Hijo pide al Padre que le glorifique por que así el glorificará al Padre. Como siempre Jesús enfatiza claramente la persona del Padre y no enfoca solamente su persona.

Juan 17:3 «Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.»Jesucristo subraya la deidad del Padre y al mismo tiempo hace énfasis en que hay mas que una persona; Jesucristo es quien ha sido enviado. Nótese que según los unitarianos Jesucristo sea el nombre de la deidad completa , sin embargo, aquí se declara que Jesucristo es el nombre del Hijo solamente.

Juan 7: 4 «Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese..»Jesús enfocó la gloria hacia el Padre, e hizo siempre lo que el Padre le dio que hiciese. Si fuese cierto lo que los unitarianos dicen, que el Padre era solamente su naturaleza divina entonces Jesús lo hubiera declarado sin mas rodeos ya que tal fue siempre su carácter. Pero vemos a Jesús que aunque certifica su unidad divina con el Padre, cuidadosamente hace la diferencia entre las dos personas.

Juan 17: 5 «Ahora pues, Padre, glorifícame tú para contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.»Los unitarianos niegan la eterna existencia del Hijo, pero en este pasaje Jesús establece la existencia del Hijo desde antes que el mundo fuese. Nótese que no solamente dice que tuvo aquella gloria, sino que dice: que tuve contigo. Aquí se muestra que el Hijo no comenzó a existir en Belén, sino que aunque fue entonces cuando se encarnó, el existe desde el principio.

Juan 17:6 «He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; ….» ¿Cual es el nombre? Preguntan los unitarianos, creyendo que Dios debe tener un solo nombre como los humanos. Una y otra vez la Biblia nos enseña que Dios no tiene un nombre como los hombres tienen, sino que el es conocido por títulos o nombres que revelan su carácter y su ser. Jesús manifestó un nombre mas íntimo : Padre mostrando la faceta mas amorosa y familiar del Dios todopoderoso. Los unitarianos pretenden que Jesucristo sea el nombre completo de toda la deidad, pero en el verso 3 de este mismo capítulo se nos muestra que Jesucristo es el nombre del Hijo solamente.

EL APRIETO DE LOS UNITARIANOS

El hecho de que Jesús oraba al Padre establece claramente la realidad de la persona del Hijo y la persona del Padre tal y como lo muestran los evangelios.

El aprieto de los unitarianos consiste en no querer entender como el Hijo de Dios siendo divino necesitaba orar al Padre durante su ministerio terreno.

Para poder entender eso, se necesita entender el misterio de la encarnación de Cristo.

Voy a explicarles muy sencillamente lo que no puede estar mas claro. La Biblia nos dice que Jesús (el Hijo) es desde el principio con Dios y también que desde el principio era Dios (Juan 1:1), también nos dice que el Hijo es quien se encarnó, es decir que vino a nacer como hombre. (Juan 1:14). Este es el misterio en el que se nos dice que Dios fue manifestado en carne, al cual se refiere (1a. Timoteo 3:16). Pero al encarnarse, es decir al hacerse hombre, el se despojó a si mismo del ejercicio de sus atributos divinos, para ministrar en forma de siervo. (Filipenses 2:5-8) A esto se aludía cuando le pidió al padre que le glorificara de nuevo con la misma gloria que tenía desde el principio. (Juan 17:5) Y es por esa razón que siendo una persona divina, pero despojada voluntariamente del ejercicio de su gloria, oraba al Padre. ¡Vio Ud. qué claro!

(Esta explicación es para los unitarianos, y para los que enseñan como como ellos. incluyendo a los testigos de Carlos Russel que tampoco dicen entender este punto de la oración.)

¿EL HIJO ES LA CARNE?

La teoría unitariana enseña que el Hijo es solamente la carne de Jesús, o sea el cuerpo humano que nació de María.

Refutar esto no es difícil, ya que por si mismos quedan establecidos los errores de esa teoría.

Primero que nada, para esta teoría ellos citan Lucas 1:35, diciendo«María, lo Santo que nacerá de ti, será llamado Hijo de Dios…» pero en el texto literal la Biblia dice: «El Santo Ser que nacerá …».

Hay una gran diferencia entre decir: lo Santo que nacerá, y decir: el Santo Ser que nacerá Al decir ellos: «lo Santo que nacerá», bien pueden aplicarlo a lo corpóreo solamente, pero la Biblia no dice así! La Biblia dice el Santo Ser que nacerá, y eso implica no solo la carne sino el ser completo! El Hijo de Dios era todo aquel ser que respiraba, sentía, pensaba, y actuaba! ¡La persona completa! ¡Aleluya! Además cuando se dicen los nombres por los cuales sería llamado no se da solamente ese nombre sino también Jesús, Hijo del Altísimo, (Lucas 1:31-35)

Segundo, el Hijo de Dios no tiene principio en Belén. La Biblia establece claramente que el era desde el principio, con Dios. (Juan 1:1) El es quien se encarnó (Juan 1:14, 1a. Timoteo 3:16). El es desde el principio. Se despojó a si mismo para venir a la tierra, y por medio de el fue constituido el universo. (Filipenses 2:5-8 y Hebreos 1:1)

El Hijo de Dios no es solamente la carne de Jesús. El Hijo es toda una persona. y aunque su humanidad tuvo principio en Belén, el es desde antes que el universo fuese constituido. Amén.

LA PLENITUD DIVINA DE CRISTO JESUS

La Biblia nos muestra como ya se lo he demostrado, que la persona del Hijo, no es la misma persona del Padre. Sin embargo esto no niega su perfecta unidad ni su deidad. Mientras encontramos pasajes claramente mostrándonos las diferencias entre una persona y la otra, también encontramos pasajes que nos persuaden de la deidad de Jesucristo. Y esto es importante porque hay también otros que van al otro extremo que el unitarianismo, Ud. sabrá que los testigos de Carlos Russel, despojan a Jesús de su deidad y lo ponen al simple nivel de una criatura. Ellos cometen el error, al igual que la teoría unitariana, de querer mirar mas allá de lo que dice la Biblia y de querer entender con una mente natural lo que solo se puede entender y aceptar espiritualmente.

Los siguientes pasajes nos demuestran que aquel ser que nació en Belén de Judea no era solamente un hombre, sino Dios:

«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre, Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz…» (Isaías 9:6)

«El que me ha visto a mí, ha visto al Padre…» (Juan 14:9)

«Yo y el Padre uno somos…» (Juan 10:30)

«He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.» (Mateo 1:23)

«…de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos, Amen.» (Romanos 9:5)

«E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.»(1a. Timoteo 3:16)

«Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.» (1a. Juan 5:20)

«Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a si mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;…»(Filipenses 2:5-7)

«Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien así mismo hizo el universo; el cual siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su substancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de si mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.» (Hebreos 1:1-3)

Los pasajes anteriores demuestran la deidad de Jesucristo, pero en ninguno de ellos se desatiende la identidad de las personas tanto del Hijo como del Padre, aunque si se enfatiza la unidad de un mismo Dios.

EL HIJO DE DIOS ES ETERNO

Los unitarianos dicen que el término Hijo Eterno es un invento trinitario.

Primero que nada, creer que el Hijo de Dios es eterno no implica que se crea en un ser que permanece en la limitación de una naturaleza humana por toda la eternidad.

Tampoco quiere decir que permanezca en un eterno estado de siervo como le vimos en su ministerio terreno. De hecho Jesucristo ya ha sido glorificado y ha asumido ya la gloria que le pertenece y es Rey de reyes y Señor de señores. No es ya mas el indefenso niño que nació en Belén, ni tampoco el siervo que permitió que se le vituperara y crucificara en el Calvario con el propósito de salvarnos.

Esa parte de su ministerio está para siempre concluida, ahora tiene el juicio en su mano y vendrá como lo dice la Biblia sin relación con el pecado para salvar a los que le esperan en aquel día. (Hebreos 9:28)

Segundo, cuando decimos que el Hijo es eterno nos referimos a que la persona divina encarnada en Jesús de Nazaret, es eterna. Es decir que ya existía desde la eternidad y hasta la eternidad y no hablamos de la persona del Padre sino del Hijo.

Veamos los textos bíblicos que nos enseñan esa verdad:

«En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.» (Juan 1:1-3)

«Ahora pues, Padre, glorifícame tú para contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.» (Juan 17:5)

«El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en el fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él, y para él. Y él es antes que todas las cosas, y todas las cosas en el subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en el habitáse toda plenitud….»(Colosenses,2:15-19)

«…sin padre, ni madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.» (Hebreos 7:3)

«Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos…» (Hebreos 13:8)

«Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea la gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amen. He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amen. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.» (Apocalipsis 1:4-8)

Cuando alguien le diga que el Hijo eterno es un invento trinitario, recuerde que aquel que se encarnó para morir por sus pecados y los míos ha existido desde el principio y hasta el fin. El es eterno. Es el Hijo de Dios, Jesucristo.

LA PERSONA DEL ESPIRITU SANTO

La teoría unitarianista niega la persona del Espíritu Santo. La Biblia revela ampliamente a la doctrina que enseña la persona del Espíritu Santo.

Ya establecimos lo que defina a una persona. Una entidad que piensa, comunica y decide por si misma. Capaz de oír, hablar y responder. De enseñar, guiar, recordar etc. Todo lo anterior es revelado en la Biblia en relación al Espíritu Santo. Y no dice que el sea la misma persona que el Padre o el Hijo. Sino la persona divina que obra en nosotros, enviada del Padre por petición del Hijo.

Jesucristo habla del Espíritu Santo como «otro Consolador», distinguiéndole como una persona aparte. No es el Hijo, ni el Padre. Es el Espíritu Santo.

En los siguientes pasajes de las Escrituras se revela al Espíritu Santo con atributos personales y divinos, mientras se le distingue del Padre y del Hijo.

«Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre…» Juan 14:16

«Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, el os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.» Juan 14:26

«Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, el dará testimonio de mí.»Juan 15:26

«Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera el Consolador no vendría a vosotros: mas si me fuera, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.» Juan 16:7-8

En este siguiente pasaje al igual que los anteriores podemos claramente distinguir las facultades que revelan que el Espíritu Santo es una persona. «él os guiará», «no hablará de su propia cuenta», «hablará todo lo que oyere», «os lo hará saber», «El me glorificará», «tomará de lo mío», todo lo anterior sólo puede atribuirse a una persona.

«Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda verdad; porque no hablará de su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber todas las cosas que habrán de venir. El me glorificará porque tomará de lo mío y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso os dije que tomará de lo mío y os lo hará saber.»Juan 16:13-15

El Espíritu Santo es Omnisciente (Es Dios)

«Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios… así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.» 1a Corintios 2:10-11

El Espíritu Santo es Eterno (Es Dios)

«¿Cuanto mas la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu Eterno se ofreció a si mismo sin mancha a Dios…» Hebreos 9:14

El Espíritu Santo es Omnipresente. (Es Dios)

«¿A donde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?»Salmo 139:7

El Espíritu Santo no es el Padre, tampoco es el Hijo, pero es Dios. El es la tercera persona de único Dios Todopoderoso. Amén.

LO QUE EL UNITARIANISMO NO COMPRENDE

Según los unitarianos, la doctrina de la trinidad les presenta los siguientes problemas:

Dicen ellos: «Si Jesús es solo la encarnación de una de las tres personas divinas, según este versículo, (2a. Corintios 5:19), entonces no estamos aún reconciliados con el Padre y el Espíritu Santo.»

Veamos lo que dice el texto de 2a. Corintios 5:19 y veamos si es que no entienden o no quiere entender.

Vamos a leer el contexto que incluye los versos anteriores y la epístola misma.

«Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.» (2a. Corintios 5:18-19)

Déjeme introducirlo a la maravillosa palabra del evangelio de salvación. Dios envió a su Hijo Jesucristo para que todo aquel que en el cree no se pierda mas tenga vida eterna. (Juan 3:16) De manera que no se confunda Ud. Jesucristo es la encarnación del Hijo y la salvación que el provee es perfecta porque todo lo que el hizo lo hizo en obediencia al Padre y en el poder del Espíritu Santo. El pasaje de 2a. Corintios es claro al establecer que a través del sacrificio del Hijo, o sea el Cristo , todos los hombres pueden ser salvos, siendo reconciliados con Dios.

Recuerde que hay un solo Dios. Y ese Dios se nos muestra en la Biblia como El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. El problema de la teoría unitariana es que confunde lo que la doctrina de la Trinidad define. La Biblia enseña tres personas, pero nunca tres dioses. Eso sería antibíblico. Solo hay un Dios.

Si no pueden o no quieren entender que tres personas puedan ser un solo Dios, entonces deben reconocer de manera humilde, que las cosas espirituales no las entiende una mente natural, se necesita de una mente espiritual para captar las cosas del Espíritu.

Cuando la Biblia dice que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo deja claro que Cristo es quien hizo la obra redentora, pero esa obra la hizo en unidad con toda la Deidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

En el mismo contexto se nos dice claramente que Jesucristo es el Hijo de Dios.

«Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros…» (2a. Corintios 1:19)

«Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Bendito sea el Dios, y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias, y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones…» (2a. Corintios 1:3-4)

Aun mas, al finalizar la misma epístola se nos saluda en una forma que acentúa a cada una de las personas de la Trinidad.

«La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea con todos vosotros. Amen.» (2a. Corintios 13:14)

¿EL HIJO NO SABE?

También dice la teoría unitariana (refiriéndose a Marcos 13:32) : «¿Como es posible que un trinitario comprenda esto? El Hijo no conoce ni el día ni la hora de su venida. De acuerdo a su teoría hay tres personas omnisapientes en la Divinidad. ¿Como es posible que solo una de las Divinas personas (El Padre) conozca el momento de su venida?»

Veamos el pasaje en cuestión: «Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.»(Marcos 13:32)

La respuesta no es difícil. Jesús el Hijo de Dios es el Verbo encarnado (Juan 1:1-3 / 1:14) Al venir a salvarnos el Hijo se despojó a si mismo, tomando forma de hombre, de siervo, (Filipenses 2:5-8) Es decir que aunque era Dios, no ejerció sus atributos divinos durante su ministerio terrenal, sino que lo militó como hombre y como siervo, limitándose a lo que el Padre le daba solamente, y por eso contestó así la pregunta que le hicieran. Eso no niega su divinidad, solo expresa su amor para con nosotros en que pudiendo hacerlo, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a si mismo. «Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar..»(Juan 12:49)

¿DEBIAN MORIR LAS TRES PERSONAS?

Los unitarianos dicen, (refiriéndose a Hebreos 8:7-13 y 9:16-17): «La ley del pacto (o del testamento) era que el testador había de morir para que el pacto entrara en vigencia. Lógicamente el trinitarismo requeriría la muerte de las tres personas divinas para que entrara en vigencia el Nuevo Pacto.»

Voy nuevamente a contestar esa oposición. Veamos los pasajes en cuestión:

«Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mi por pueblo; y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca me acordaré de sus iniquidades. Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.» (Hebreos 8:7-13)

«Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del Pacto que Dios os ha mandado.» (Hebreos 9:16-17)

Al responder, me sonrío, porque se que al igual que lo ha sido para mi, para quienes han leído el texto, contestar y explicar les es sencillo.

El primer pacto fue ratificado con la sangre de becerros y machos cabríos ¿Se fijó en ese detalle?. UD. no lee en ninguna parte que Dios haya muerto para ratificar el primer pacto. ¿Verdad? Es por eso que el argumento disparatado de que para un trinitario tengan que haber muerto las tres personas de la Trinidad para poder entrar en vigencia el nuevo pacto, raya en la blasfemia.

Si el pacto antiguo fue ratificado con la sangre de becerros y machos cabríos, ¿cuanto mas eficiente es el nuevo pacto que fue sellado no con sangre de animales, sino con la sangre preciosa del Hijo de Dios en la cruz del calvario?.

La Biblia enseña que el Hijo se presentó por nosotros al Padre, mediante el Espíritu Eterno, para presentar su sangre en sacrificio perfecto por los pecados del mundo. El Nuevo Pacto está ratificado por la sangre del Hijo de Dios y todos los creyentes nos regocijamos por ello! Los que creemos en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

«Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios. y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el lugar santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de si mismo para quitar de en medio el pecado.» (Hebreos 9:23-26).

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