10/11 La Seguridad de la Salvación

10/11 La Seguridad de la Salvación

Las pruebas de Dios son para revelar la realidad en la que vive el cristiano profesante

“Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” (1 Juan 2: 19)

Aquellos que salen de nosotros y nunca vuelven al final, nunca fueron de DIOS. ¿Por qué salieron de nosotros? Porque no eran de nosotros. Las pruebas que Dios permite o envía, les hicieron sucumbir de su falsa profesión de fe. ¿Saben porque la Palabra dice que nuestro Dios es justo que prueba la mente y el corazón, (S. 7: 9)? Justamente para que discernamos quien es quien, quien es qué y quién soy yo, o usted, y todo ante Dios.

Veamos la siguiente porción de la Escritura:

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
   
36 Como está escrito:
    Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;

    Somos contados como ovejas de matadero.
   
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”(Romanos 8: 35-39)

La Biblia dice que el que ha nacido de nuevo es más que vencedor (Ro. 8: 37) ¿Saben por qué lo dice?, pues porque a través de las diferentes pruebas, venciéndolas (y sólo eso se puede hacer con y por la gracia de Dios), se muestra lo que uno es en Dios: una nueva criatura. El fruto de que alguien es de Dios es que no importa la circunstancia el regresará tarde o temprano a su DIOS. Por las pruebas se puede atisbar quién es realmente nacido de nuevo, de quien no lo es. Un hijo genuino de Dios se acuerda de Dios en la peor de sus pruebas (Parábola del Hijo Prodigo), en su momento más difícil regresará arrepentido a Dios. Y Dios lo aceptara porque es su Padre.

“Es por pasar por las dificultades propias de la vida, más las que Dios permite, que el creyente levanta sus manos a Dios, esperando sólo en Él”

Como hemos visto y entendido, para Dios la salvación no se puede perder ya que Él lo ve todo desde la perspectiva eterna, no obstante, según el mero entendimiento humano, sí.

Dios es el único que puede ver en el corazón del hombre. Dios es el único que conoce íntimamente al hombre.

El “una vez salvo, siempre salvo”, desde la perspectiva de Dios es correcto, pero desde la perspectiva del hombre hacia el hombre, no. Ya que no podemos saber quién es realmente un nacido de Dios sino es por los frutos de Dios que este produce.

La parábola del Hijo Prodigo.

Un hijo puede alejarse de su padre por un tiempo indeterminado, pero la verdad que sigue siendo hijo. No por eso podemos decir que un hijo por malo que sea, ya no siga siendo nuestro hijo, al contrario, cuando un hijo perdido regresa hay hasta fiesta por la alegría de que ese hijo regresó. Así es nuestro Padre celestial, él no nos deja abandonados, a pesar de que muchas veces nosotros nos alejamos de Él. Pero todo lo que tenemos que hacer para ser recibidos por Él es simplemente regresar arrepentidos, habiéndonos alejado completamente del pecado o del mundo que habíamos escogido para perdición.

Podemos encontrar innumerables citas que confirman que somos hijos de Dios.

1. En que hemos nacido de nuevo:

Juan 3:5-7  Respondió Jesús: De cierto,  de cierto te digo,  que el que no naciere de agua y del Espíritu,  no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne,  carne es;  y lo que es nacido del Espíritu,  espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

2. Por fe:

Romanos 3:22-25  la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,  para todos los que creen en él.  Porque no hay diferencia, 23  por cuanto todos pecaron,  y están destituidos de la gloria de Dios, 24  siendo justificados gratuitamente por su gracia,  mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25  a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,  para manifestar su justicia,  a causa de haber pasado por alto,  en su paciencia,  los pecados pasados.

Romanos 8:24-25  “Porque en esperanza fuimos salvos;  pero la esperanza que se ve,  no es esperanza;  porque lo que alguno ve,  ¿a qué esperarlo? 25  Pero si esperamos lo que no vemos,  con paciencia lo aguardamos.

3. Porque el Espíritu Santo le da testimonio a mi espíritu:

Romanos 8:26  Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;  pues qué hemos de pedir como conviene,  no lo sabemos,  pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27  Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu,  porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

4. Por su amor:

Romanos 5:8-11  Mas Dios muestra su amor para con nosotros,  en que siendo aún pecadores,  Cristo murió por nosotros. 9  Pues mucho más,  estando ya justificados en su sangre,  por él seremos salvos de la ira. 10  Porque si siendo enemigos,  fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,  mucho más,  estando reconciliados,  seremos salvos por su vida. 11  Y no sólo esto,  sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo,  por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

5. Cuando hemos nacido de nuevo amamos a Dios, porque sabemos que hemos sido llamados:

Romanos 8:28  Y sabemos que a los que aman a Dios,  todas las cosas les ayudan a bien,  esto es,  a los que conforme a su propósito son llamados.”

Dios que escudriña los corazones sabe por medio de su santo Espíritu quienes somos sus hijos.

6. Cuando hemos nacido de nuevo nos convertimos en sus discípulos y amamos a nuestros hermanos:

Juan 13:35 “En esto conocerán todos que sois mis discípulos,  si tuviereis amor los unos con los otros”

7. En que guardamos sus mandamientos

1 juan 2:3: y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.

8. Nos da lo que le pedimos porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que le son agradables a Él.

1 Juan 3:22 “Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.”

1 Juan 5:2: En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.

VERSÍCULOS CLAVES QUE DEMUESTRAN QUE LA SALVACIÓN NO SE PIERDE.  

2 Samuel 11:1-25, 12:9, y 24:1-17 comparado con 1 Reyes 3:14, 11:12- 13 y 11:31-33, y 2 Reyes 19:34

El Libro de 2 Samuel demuestra que el Rey David mintió (2 Samuel 11:14, 11:18-20, y 11:24-25), asesinó (2 Samuel 11:14-17 y 12:9), se enorgulleció (2 Samuel 24:1-17), adulteró (2 Samuel 11:1-5), y cometió otros pecados más. Pero, en 1 Reyes 3:14, 11:12-13, y 11:31-33, y 2 Reyes 19:34, Dios claramente aprobó a David como gran y fiel siervo suyo.  Entonces, el Rey David nunca perdió su salvación.  Sí, el Rey David le pedía perdón a Dios.  Aun así, su vida estuvo llena de castigos que recibió como paga de sus pecados (2 Samuel 19:1-10 y 21:15-22), así que mi querido hermano si usted desea cometer los mismos pecados que tuvo el rey David, también espere los castigos que tuvo él por haberlos cometido, el que desee pecar voluntariamente después que se es salvo pues lleve todo el paquete que incluye la desobediencia, que es el castigo y la disciplina, porque recuerde que DIOS no puede ser burlado, y a quien tiene por hijo disciplina y castiga hasta que este se vuelva de su error y aprenda a caminar verdaderamente en santidad, como es su eterna voluntad para con sus hijos. Que no te alcance el

arrebatamiento de la iglesia en un momento de debilidad porque te podrías perder este evento que solo verán los que estén caminando con Dios, si eres nacido de nuevo y te quedaste por desobediente, inmaduro o carnal, en la gran tribulación serás salvo, pero te iras al cielo con el mayor sufrimiento de toda la historia. Ocúpate de la salvación que Dios te ha provisto, para que estés listo, vigilando y examinando tu condición con Dios para que cuando llegue ese día estés preparado.

Salmo 18:2 Si la salvación se pudiera perder, entonces Dios sería “arena movediza, mal escudo, y salvación dudosa”.  Pero este Salmo dice que Dios es “la Roca, el Escudo, la fuerza de la Salvación”. Igualmente, una salvación por “nuestra fuerza” sería una salvación dudosa y temporaria.  Pero una salvación sostenida por la “fuerza de Dios” es permanente, ya que Dios es Omnipotente.

Salmo 62:6-7 Los creyentes nunca serán arrebatados de Dios.

Salmo 95:1 Dios es la “Roca de Salvación”.  Dios no es la “Arena Movediza de Salvación”.  La salvación está basada en la Roca Eterna, Inmovible.

Isaías 45:17 La salvación es eterna (no por sólo un tiempo hasta el momento en que se pierde—entonces no sería eterna).

Isaías 45:22 El que “mira a Dios” (o sea que confía en Dios), es salvo.  No hay más condición que creer en Él.

Isaías 51:6 Dice Jehová, “Mi salvación será para siempre”. Si se pudiera perder, entonces no sería para siempre.  Pero como no se pierde, entonces verdaderamente es para siempre.  Si Dios fuera un “diosito”, su salvación no podría ser para siempre.  Pero Jehová de los Ejércitos es el Altísimo Todopoderoso, y por tal motivo, su salvación perdura por los siglos de los siglos.

Isaías 51:8 Dijo Jehová, “…y mi salvación por siglos de siglos”.  ¿Por qué dudar la Palabra de Dios, creyendo que hay salvaciones que no son “por los siglos de los siglos”?

Miqueas 7:18 Dios “olvida el pecado del remanente de su heredad”.  “El remanente de su heredad” se refiere al pequeño rebaño de Dios que hereda el Cielo.  Dice la Palabra de Dios que Él olvida (perdona) los pecados de su rebaño.  Además, Dios “no retiene para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia”.  Si en verdad se perdiera la salvación, Dios no olvidaría los pecados de su “remanente que hereda” y Dios tuviera enojo que nunca termina contra ellos, y no tuviera misericordia.

Malaquías 3:6 Dijo Jehová, “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos”. Los “hijos de Jacob” se refieren a los que son los creyentes verdaderos.  Y, porque Dios no cambia, los creyentes no serán consumidos en el infierno.

Mateo 26:52, Marcos 14:66-72, Juan 18:10-11, y Gálatas 2:11-13 comparados con Mateo 16:13-20 y Juan 21:15-17. El Apóstol Pedro confesó a Cristo en Mateo 16:13-20.  Pero mintió tres veces que conocía a Cristo y dijo groserías (Marcos 14:66-72). Después, quiso matar al siervo de un soldado (Juan 18:10-11 y Mateo 26:51-52).  Además, el Apóstol Pedro fue racista e hipócrita (Gálatas 2:11-13).  Sin embargo, en Juan 21:15-17, Cristo le dijo que si en verdad le amaba, que pastoreara la Iglesia.  ¿Para qué fuera Cristo a pedirle a Pedro que pastoreara su Iglesia si es que Pedro ya había perdido su salvación por tantos pecados?

Juan 3:7 La Biblia explica que toda persona tiene que nacer de nuevo para entrar al cielo.  Pero lo Biblia nunca dice que el creyente tiene que nacer de nuevo vez tras vez, cada vez que peca. ¿Cuántas veces se tiene que crucificar a Cristo? (Hebreos 6:6, 9:24-28, 10:10, y 10:12) Juan 3:16 Tanto amó Dios al mundo que le dio al Hijo para que todo aquel que cree en él tenga vida eterna (no dice que “tal vez tenga vida eterna”, o que a la mejor un día “no la tenga”.  Dice “tenga”, que quiere decir “no se acaba”, que siempre la tiene.

Juan 3:36 Cristo da vida eterna, o sea da vida que nunca termina, aun cuando el creyente hubiere pecado (por eso el creyente le pide perdón a Dios en la oración del Padre Nuestro).

Juan 5:24 Los creyentes han pasado de la muerte hacia la vida.  Creer que la salvación se pierde diría, “los creyentes han pasado de la muerte a la vida y otra vez a la muerte y después a la vida y después a la muerte y después…”  hasta formar un cuento de no terminar.  Esta posición es consecuencia de la falta de fe en la promesa de Dios, que su salvación es para siempre, y que por tal motivo no va y viene (Isaías 51:6 y 8).

Juan 6:37 Parece que “más claro no canta un gallo” cuando Cristo dijo, “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.” Obviamente, si se perdiera la salvación, algunos de los que el Padre le dio a Cristo serían echados fuera, pero Cristo dijo que ni uno sólo (cero) serían echados fuera.  Cero quiere decir cero, ¿o será que Dios no sabe contar?

Juan 6:39-40 Cristo no perderá ni una sola alma que él salvó. Entonces, ni una sola alma se puede perder.

Juan 6:47 Los creyentes tienen “vida eterna”.  Eterna quiere decir “sin final” o “algo que no se acaba” o “algo que no se puede perder”.  Eterno quiere decir que “es para siempre”, o sea que la salvación no tiene fin, la salvación nunca se acaba, la salvación nunca deja de ser.  Esto está en plena armonía con (Isaías 51:6 y 8).

Juan 10:28 Cristo mismo dijo que una vez que él le da vida eterna a una persona, “no perecerá jamás” y que nadie le puede quitar de su mano.  Esta es la seguridad eterna que Dios promete para cualquier alma que verdaderamente es de Cristo: su alma siempre será de Cristo, porque Cristo no pierde las almas de los que verdaderamente son de él (y créalo, Cristo sabe quiénes son).

Juan 10:29 Similar a Juan 10:28 donde Cristo mismo guarda todas las almas sin perder ni una sola, así también el Padre pone las almas en su mano y Él tampoco pierde ni una sola.  Mejor garantía de salvación eterna (sin perdición) no puede haber.

Juan 17:12 «…a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió…»  ¡El que crea que Cristo perdió una sola alma está contradiciendo a Cristo!  Tal actitud demuestra una falta de fe y peca contra Dios, porque le contradice.

Romanos 5:9 El creyente es salvo de la ira de Dios.  Si no fuera así, entonces sí se podría perder la salvación.  Pero porque el creyente es salvo de la ira de Dios, entonces no se puede perder la salvación.

Romanos 8:1-2 Aquí dice que el creyente es libre de la ley y del pecado y de la muerte.  ¿Entonces, cómo se puede perder la salvación?

Romanos 8:35, 38- 39 Nada ni nadie puede separar al creyente del amor de Dios que se culmina en el amor que el Padre da al mundo a través de la salvación (Juan 3:16). ¿Qué mejor promesa de Dios, que nada nos podrá jamás separar de Él, ni aún cualquier cosa que nos podamos imaginar?

1 Corintios 1:8 Jesús le da la fuerza al creyente para llegar al fin de la carrera (o sea que el que empieza, termina la carrera). Esto no es por la fuerza del creyente (que es débil, pero porque Dios mismo pone la fuerza necesaria para obtener salvación eterna (Salmo 18:2).

1 Corintios 3:10-15 El pecado se manifiesta aún en los que son salvos (esto se demuestra especialmente en la vidas del Rey David y el Apóstol Pedro).

1 Corintios 5:1-5 En este relato, el Apóstol Pablo lamentó un caso de fornicación (e incesto) en un creyente patético.  Pero, interesantemente, el cuerpo de ese infame pecador sería entregado a Satanás para su destrucción, mas su espíritu no sería entregado al infierno (“…a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”, como dice en 1 Corintios 5:5).  ¡Entonces, aunque esa persona fue duramente castigada hasta llegar a su destrucción, su alma no se perdió!  Recuerde que este fue un pecado grave.  ¿Por qué él no perdió su salvación?  ¿Será porque no se puede perder la salvación?

1 Corintios 11:31- 32 Curiosamente, Dios juzga y castiga al creyente, con el motivo de que “no seamos condenados con el mundo”.  En otras palabras, Dios disciplina a los creyentes, pero ellos no serán “condenados con el mundo” y arrojados hacia el infierno.  Por tal motivo, las almas de los creyentes no se pierden, porque Dios hace lo necesario para que “no seamos condenados”.

2 Corintios 1:21-22 El Espíritu Santo sella y garantiza la salvación del creyente. ¿Hay algo u alguien más fuerte que el Espíritu Santo?  Lo que el Espíritu Santo sella no se puede romper ni perder porque nada ni nadie es más fuerte que Él.  Si hubiera algo u alguien más fuerte, entonces el Espíritu Santo no sería Todopoderoso.

Efesios 1:13-14 Todo creyente es sellado por el Espíritu Santo, quien es la garantía (arras) de la salvación.

Efesios 2:8-9 La salvación no es por obras, así demostrando que el creyente no puede “seguir siendo salvo” por sus esfuerzos y obras.  No es por nuestras fuerzas.  No es con espada.  No es con ejército. Es con su Santo Espíritu.

Filipenses 1:6 La salvación es completa, y no parcial.  Cristo es quien la hace completa, y por tal motivo la salvación no es parcial (o sea que es por un tiempo hasta que se pierde).

2 Timoteo 1:8-9 Otra vez más, la salvación se describe como “eterna”, que quiere decir que no puede perderse porque es para siempre, no por unos días, o meses, o semanas, o años, o décadas, ni aún siglos.  “Eterno” quiere decir “por los siglos de los siglos” (Isaías 51:8).

2 Timoteo 4:18 El Señor rescata y lleva a los redimidos con seguridad al Cielo.  Si se pudiera perder, Dios “llevaría a los redimidos con Inseguridad al Cielo”.

Hebreos 6:18-20 La esperanza en la salvación está garantizada y segura por promesa de Dios, quien “no es hombre para que mienta, ni se arrepienta” (Números 23:19, 1 Samuel 15:29, Salmo 89:34, Salmo 110:4, Isaías 31:2, Isaías 40:8, Isaías 46:11, Jeremías 4:28, Oseas 11:9, Malaquías 3:6, Hebreos 7:21).

Hebreos 6:9-12 Dios no desamparará a los que son salvos. ¿Cómo puede un cristiano amparado por Dios perder su salvación?  ¿Qué no es más fuerte el que vive en nosotros, que el que vive en el mundo (1 Juan 4:4)?

Hebreos 7:25 Cristo da vida eterna (vida que no se acaba) porque él siempre está intercediendo por los creyentes.

Hebreos 9:14 Hebreos 9:14 dice, “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”  Este versículo aclara que la sangre de Cristo limpiará al creyente para que sirva a Dios.  ¿Si la salvación se pudiera perder, como iba tal cristiano poder servir a Dios? ¿Buena pregunta, no?

Hebreos 10:12-17 El versículo clave es Hebreos 10:17, donde dice que Dios “nunca más se acordará de los pecados y transgresiones” de los creyentes.  Entonces, si todo pecado queda perdonado, ¿cómo es posible perder la salvación?

1 Pedro 1:3-6 La salvación no se corrompe ni se destruye, porque el mismo Dios que la da es el mismo Dios que la cuida: el Padre y el Hijo tienen las almas de los creyentes en sus manos (Juan 10:28- 29), y todo creyente es sellado por el Espíritu Santo (Efesios 1:13-14).  Entonces, la mano del Padre, y la mano del Hijo, y el sello del Santo Espíritu son los que garantizan que la salvación no se pierde.  En otras palabras, la Santa Trinidad asegura y respalda toda salvación, y por tal motivo no se puede perder.

1 Pedro 1:18-19 Los creyentes son comprados por algo que no se corrompe—la sangre de Cristo sin mancha ni defecto.  Entonces, tampoco se puede corromper la salvación.

1 Pedro 1:23-25 La Biblia dice que los nacidos de nuevo nacieron a través de semilla que no se corrompe (Isaías 40:6-8).  Lo que no se corrompe no se puede echar a perder.

1 Pedro 3:18 Cristo padeció una sola vez por todos los pecados: por tal motivo hay una sola salvación, y nada más.  Si se pudiera perder la salvación, entonces tendrían que haber “más salvaciones”.

1 Juan 4:13-17 En 1 Juan 4:13, dice “…permanecemos en él, y él en nosotros”.  En 1 Juan 4:15 aclara como se “permanece”: “Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios”.  Entonces, no se puede dejar de permanecer una vez que se ha confesado a Cristo como Salvador Personal.  Ahora, en 1 Juan 4:16, añade que “el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”.  ¿Bueno, qué pasaría si alguien dejara de “permanecer en amor”?  ¿Podría perder su salvación?  La respuesta está en 1 Juan 4:17, que dice que Dios ya hizo algo especial por nosotros para que siempre estemos en ese amor, y por tal motivo, es imposible perder la salvación: “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio”.  “Se ha perfeccionado” es algo que ya pasó, algo que Dios ya le dio a cada creyente para “permanecer siempre en el amor de Dios”.  Un creyente no podría “tener confianza en el día del juicio” si supiera que iba ser arrojado al infierno.

Judas 1:24-25 Jesús preserva y presentará sin fallas al creyente ante Dios.  Entonces, está claro que la salvación viene solamente por Cristo, y que es preservada solamente por Él

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