1/11 La Seguridad de la Salvación

1/11 La Seguridad de la Salvación

Por aproximadamente 2,000 años, la Iglesia de Jesucristo siempre ha creído que la salvación no se puede perder.  La raíz de la Iglesia es la “Iglesia Primitiva” de Hechos 4:23-5:6 y 5:11-14.  La creencia (doctrina) que sí se puede perder la salvación originó de otras fuentes.  Esa doctrina continuó extendiéndose durante la Reforma Protestante, cuando la Iglesia Luterana se apartó de la Iglesia Católica por Martín Lutero en el año 1521.  Entonces, la Iglesia Luterana fue la primera Iglesia Protestante que empezó a creer que la salvación se pierde.  Después, la Iglesia Metodista (que originó en 1729), adoptó la posición que la salvación se pierde, seguida por la Iglesia Pentecostés (que empezó a existir en 1901), y unos pocos años después por la Asamblea de Dios (1914).  Otras iglesias carismáticas han asumido esta creencia recientemente en los 1970s.  Al igual que la Iglesia Católica, otras denominaciones que siempre han creído que la salvación se pierde incluyen la Iglesia Mormona (1830), los Testigos de Jehová (1870), y otros grupos más.  ¿No le parece extraño que la creencia que la salvación se pierde sea relativamente reciente para nosotros los que profesamos el verdadero Evangelio?  ¡También es interesante observar cuales Iglesias tienen esa creencia en común!  

 

Para los que quieren una respuesta rápida para este tema, “No, la salvación no se puede perder.  No hay excepciones.”  Para aquellos que quieran examinar la Biblia cuidadosamente, este estudió está diseñado para dar una lista extensa de versículos que demuestran que la salvación no se pierde. Primero veremos y profundizaremos Los versículos que parecen indicar que la salvación se pierde, pero que a decir verdad reafirman que nuestra salvación es segura, se encuentran en la Primera Parte de este estudio.  La Segunda Parte de este estudio explica con más detalle nuestra seguridad de la salvación, esperemos que este estudio te sirva para aclarar el tema y vivas en la paz y seguridad que Dios quiere que vivamos.

 CAPITULO 1

 VERSICULOS DUDOSOS

Estos versículos se podrían malentender tras un estudió bíblico rápido, y que típicamente se toma sin armonizar esos versículos con el resto de la Biblia (o sea un “texto tomado fuera de contexto”).  En otras palabras, si tan sólo se leyeran tales versículos por si solos, parecería que la salvación se pudiera perder, pero tal duda desaparece cuando se leen los versículos en contexto, o sea en armonía con el resto de la Biblia, ya que Dios no se contradice.  En la Tercera Parte de este estudio, hay preguntas que deberían responder todos aquellos que aún insisten que la salvación se pierde.  Si no pueden responder esas preguntas, entonces no pueden defender su posición de que la salvación se pierde.  Empecemos:

Mateo 10:22  Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

 Este es un versículo tribulacional, por lo que dice su contexto, está hablando de los que perseveren en la Gran Tribulación. Por lo que dice Mateo 10:15 De cierto os digo que en el día del juicio,  será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra,  que para aquella ciudad.

 Lo mismo aplica para Mateo 24:13 Mas el que persevere hasta el fin,  éste será salvo

 Mateo 24:8  Y todo esto será principio de dolores. 9  Entonces os entregarán a tribulación,  y os matarán,  y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.

 Mateo 24:15  Por tanto,  cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel  (el que lee,  entienda)

 Y Marcos 13:13-14  Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre;  mas el que persevere hasta el fin,  éste será salvo. 14  Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel,  puesta donde no debe estar  (el que lee,  entienda),  entonces los que estén en Judea huyan a los montes.

 Todos los cristianos sabemos que la abominación desoladora aparecerá en la Gran Tribulación. Por lo tanto estos tres versículos son tribulacionarios. En el período de Gran Tribulación no será igual a las tribulaciones que hoy padecemos por causa de Cristo, este periodo de la Gran tribulación será tan fuerte que aquellos hijos que se hayan quedado en el ARREBATAMIENTO no desearan haber nacido, porque ahora ellos tienen que perseverar, ya no serán salvos en el arrebatamiento sino que ahora serán salvos perseverando hasta el fin sufriendo las mas desagradables torturas que nunca se han visto en la historia. Estos nacidos de nuevos ¿Por qué razón se quedaron? Porque descuidaron al Señor y no se santificaron para Dios(NO OLVIDEMOS NUESTRA PARTE RESPONSABLE), no aguardaron sus vestiduras de NOVIA DE CRISTO, sino que fueron inmaduros, si bien es cierto que estos serán salvos en la gran tribulación llegaran al cielo de la manera como ellos nunca se esperaron, desaprovechando la oportunidad de ser la ESPOSA DE CRISTO en el reino de los cielos por toda la eternidad.

 Además, Mateo 10:22.  Mateo 24:13.  Marcos 13:13.  Lucas 21:19.  Apocalipsis 2:10.  Estos versículos son muy similares, que dicen algo así como “el que persevere hasta el fin, este será salvo”.  Primero, es importante observar que NO DICE que “la salvación se pierde”.  Al contrario, esos versículos comprueban que “el que persevera demuestra que es salvo”, en plena armonía con Mateo 7:15-20 y Hebreos 3:14, 6:11-12, y 10:36.  En otras palabras, uno de los muchos frutos espirituales de un cristiano verdadero es la “perseverancia”.  El cristiano verdadero no actúa como en Mateo 13:18-22.  Al contrario, el cristiano verdadero es como Mateo 13:23. Entonces, un cristiano va a perseverar hasta el fin porque es un cristiano verdadero. En otras palabras, “perseveramos porque somos verdaderos.”   

 Apocalipsis 3:15-16. En esta parte de la Biblia, Cristo dijo a los laodicenses, “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente.  ¡Ojala fueses frio o caliente!  Pero por cuanto eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitaré de mi boca.”

 Primero, es importante ver que aquí no dice, “Pero por cuanto eres tibio, y no frio ni caliente, perderás tu salvación y te vomitaré hacia el infierno”.  Por falta de una interpretación bíblica más profunda que considera la historia y geografía de Laodicea y que armoniza con todo el relato de la Iglesia en Laodicea (o sea todos los versículos en Apocalipsis 3:15-22), muchas personas interpretan esas escrituras como si Dios dijera que los “tibios” representan a los cristianos que no son “ardientes” para Cristo, y que hasta hay “cristianos fríos”.  Claro, hay muchos cristianos inmaduros y otros que están espiritualmente “fríos”, o sea apartados de Dios.  Pero recordemos que Dios se goza cuando una oveja perdida regresa, y cuando un hijo pródigo vuelve a su padre.  ¿Entonces, por qué preferiría Dios que un Cristiano se volviera de “tibio” a “frío”, según va tal interpretación sencilla y común (pero tristemente errada)?  No tiene sentido que Dios le recomiende al creyente que si no va a estar “cálido”, que mejor se vuelva “frío” para echarlo al infierno.  Debido a que Dios es Santo, ¡Él jamás preferiría que una persona peque más de lo que ya está pecando!  Al contrario, Dios siempre está exhortando a su Pueblo para que camine cada día más en santidad, no menos.  Si acaso alguien quisiera que un cristiano peque más, ese sería Satanás.

 ¿Entonces, cómo se interpreta correctamente Apocalipsis 3:15-16?  Eso se hace al no “tomar un texto fuera de contexto”, y utilizando la historia y geografía de Laodicea.  Todo estudiante astuto del Apocalipsis sabe que Dios habló hacia cada una de las siete iglesias haciéndolo de una manera con ciertos formatos (o sea forma similar).  Por ejemplo, Cristo típicamente se introducía a cada una de las siete Iglesias con un nombre suyo que revela su naturaleza, después le decía a cada Iglesia qué cosas estaban haciendo bien, y también cuales cosas estaban haciendo mal.  Además, Cristo les daba recomendaciones de cómo mejorar su situación. Interesantemente, esas recomendaciones estaban relacionadas con las cosas típicas de la región de cada una de las siete iglesias.  Por ejemplo, Laodicea era muy rica financieramente por el comercio de textiles y ungüentos médicos.  Por tal motivo, Cristo les dijo irónicamente en Apocalipsis 3:17-18, “Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un desventurado y miserable y pobre y ciego y desnudo; Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.”  Entonces, la clave es que Cristo habló con los laodicenses acerca de las cosas que ellos tenían y conocían bien tales como los textiles, el oro, los ungüentos medicinales, y por supuesto el agua caliente que provenía de la ciudad de Hierápolis y el agua fría que provenía de las montañas. Era importante que el agua fuera caliente para que tuviera propiedades médicas para los dolores de huesos, músculos, artritis, y así por el estilo.  Un agua tibia no tiene la capacidad de sanar como un agua caliente, lo tibio no servía en este caso.  Por el otro lado, al derretirse la nieve de las montañas que rodeaban a Laodicea, se producía un agua muy fría y refrescante que les llegaba a través de acueductos.  Una vez más, si el agua fría se volviera tibia, entonces no refrescaría tan bien, y no serviría en este caso.  En resumen, los laodicenses sabían la importancia de un agua caliente y de un agua fría; y entendían bien que un agua tibia no servía.  De igual manera, Dios les dijo a los creyentes de la Iglesia de Laodicea que fueran “fríos o calientes”, o sea que fueran útiles para algo (ya sea para refrescar o para sanar).  Dios les advirtió que si ellos eran tibios, no serían útiles.  Finalmente, la idea que Dios les estaba advirtiendo que fueran útiles se clarifica en Apocalipsis 3:19-22, donde Dios les pide que se arrepientan, que escuchen su voz, y que abran la puerta de sus corazones.  Cuando una persona le abre la puerta de su corazón a Cristo, tal persona tiene vida eterna y se prepara para ser un discipulo.  Entonces, después de “vomitar a alguien hacia el infierno”, ¿cómo puede Dios ofrecerle vida eterna si ya tal persona está en el infierno?  Cristo dijo que hay “un gran abismo que separa al Cielo del infierno, y que no se puede pasar de un lado al otro”. Entonces, el contexto hacia la Iglesia de Laodicea fue que tuvieran un arrepentimiento, que buscaran a Cristo, y que le recibieran.  Y entonces ellos serían útiles para Dios porque los “fríos” serían como el agua fría, refrescante en el desierto, así como lo es la Palabra de Dios para un mundo que arde en las llamas del pecado.  Los “calientes” serían útiles para Dios porque ellos serían como un bálsamo sanador para un mundo de pecado y enfermedad.  Así que hermanos procuremos ser útiles en sus manos.

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